LA POLÍTICA Y SU REZAGO FRENTE AL AVANCE TECNOLÓGICO. Por: David Cancino Quintero

La modernidad, es decir, los procesos y acontecimientos que se desencadenan desde el renacimiento hasta nuestros días han configurado el mundo actual. Tanto la tecnología como la política fueron dos campos que sufrieron avances importantes, pero sin duda la tecnología avanzó a mayor velocidad que la política -como ciencia y como práctica-. Hace dos siglos la comunicación escrita, para citar un ejemplo, implicaba grandes retos en términos de tiempo y costo para los seres humanos, sin embargo, hoy en día gracias al internet es instantánea y a muy bajo costo. Aun así, en el mismo lapso, los sistemas de gobierno y de representación política que inspiraron las democracias modernas, se han mantenido en su estructura y han variado muy poco en relación con sus diseños iniciales (Maldonado, 2016). Debido a lo anterior, es posible encontrar allí un motivo por el cual la desigualdad es uno de los fenómenos más complejos y necesarios de intervenir. Por ello, si el objetivo es ser más eficientes e influyentes en los procesos de decisión a nivel local, nacional e internacional, tendrán los gobiernos que incentivar la innovación y aplicación de la tecnología en nuevas formas de ejecutar políticas públicas y de representar a los ciudadanos.
En el mundo existen claros ejemplos de cómo innovaciones tecnológicas aplicadas en la política pública han impactado variables correlacionadas con la desigualdad. En el año 2016, el Departamento de Asuntos Económicos de las Naciones Unidas publicó el sondeo sobre gobiernos digitales en función del desarrollo sostenible, el cual busca medir la aplicación de lo digital en las políticas públicas y su impacto. Llama la atención la correlación estadística entre el

índice de Gobierno Electrónico, con la competitividad y la percepción de corrupción de los ciudadanos. Para el primer caso, el estudio encontró que a una mayor calificación en el índice de gobierno electrónico, implica mayor competitividad en una economía. De manera simultánea, un mayor nivel en el índice de gobierno electrónico reduce la percepción de corrupción de los ciudadanos. Mejor competitividad y reducción de la corrupción son dos objetivos de buen gobierno en el mundo y por tanto, variables a tener en cuenta para reducir la desigualdad (UNDESA, 2016).
Así mismo, se requiere de liderazgo de para modernizar la política y los mecanismos de representación democrática que emanan de ella. Esto tiene un objetivo, y es lograr que los gobiernos tengan como prioridad la disminución de la desigualdad. Para ello, Ronald Heifetz, Fundador y director del Centro para el Liderazgo Público de la Universidad de Harvard, desarrolla en su teoría sobre liderazgo la importancia de liderar sin autoridad. La sociedad civil debe recobrar el valor de la participación ciudadana y del uso del voto como medio para escoger personas capaces de liderar desde posiciones de poder. Sin embargo, no es el único camino para lograr cambios, y en este particular: el de combatir la desigualdad. Para Heifetz, liderar sin autoridad, implica una cultura de la innovación, en la medida que los problemas que aquejan la sociedad son de difícil solución. Adaptarse a estas problemáticas a través de la invención y creatividad y no de soluciones prefabricadas son el camino para aumentar la eficiencia en la lucha contra la desigualdad (Heifetz, 1994).
La política, como ciencia y como práctica, debe ponerse al tanto de los avances tecnológicos y servirse de la ciencia de punta para proponer políticas públicas más eficientes, al mismo tiempo que se sirve de nuevas formas de representación democrática, donde primen los liderazgos locales con incidencia en los espacios más macro.

REFERENCIAS
Heifetz, Ronald. (1994). Leadership without easy answers. Cambridge: Harvard University Press.
Maldonado, Carlos. (2016). La consecuencia política de una idea filosófica y científica. Recuperado de http://www.palmiguia.com/carlos-eduardo-maldonado/1440-la-consecuencia-politica-de-una-idea-filosofica-y-cientifica.
UNDESA, UN Department Of Economic and Social Affairs. United Nations E-Government Survey 2016. (2016). Recuperado de http://workspace.unpan.org/sites/Internet/Documents/UNPAN96407.pdf

Deja una respuesta

Your email address will not be published.Los campos requeridos están marcados *