¿Cómo podemos ser más eficientes e influyentes en los procesos de decisión a nivel local, nacional e internacional, en el marco de la creciente desigualdad socioeconómica que aqueja al mundo y en particular a Colombia? Por: Eduardo Hernández Cediel

Por: Eduardo Hernández Cediel

Hacer políticas y generar procesos participativos para disminuir la desigualdad en los diferentes ámbitos no son tarea fácil, pues, hay variables endógenas y exógenas que hacen que la tarea se vuelva difícil, por ende, los procesos de decisión de los diferentes organismos, corporaciones públicas y gobernantes deben ser encaminadas hacia la inclusión de las comunidades en todos los niveles.

Piketty (2013) hace un interesante trabajo de investigación en el campo de la desigualdad en su libro El capital en el siglo XX!, allí el autor por medio de distintos análisis nos da cuenta de la creciente desigualdad de los últimos años en el mundo, Especialmente en los países desarrollados, pero que no es distante de la tendencia mundial encaminada al favorecimiento de una pequeña clase económica en detrimento de la mayoría de la población.

Dado lo anterior, se hace necesaria la voluntad política y la participación ciudadana en los procesos de elaboración, planificación, ejecución y control de políticas públicas enfocadas a la generación de oportunidades para todos los colombianos, en esta medida, es vital el papel de los ciudadanos, políticos y partidos políticos en la presión para con la agenda política de los temas que permitan la mejora continua de los indicadores de desigualdad tales como el GINI y en la consecuente mejoría de la equidad para todos los ciudadanos.

Para alcanzar este objetivo podemos tener en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- en su agenda 2030, en la cual se exhorta a los gobiernos a mejorar las condiciones
de vida de las poblaciones, entre ellos, la erradicación de la pobreza y la desigualdad en el mundo, así, se hace necesaria la participación de actores internacionales como es la ONU y demás organismos multilaterales y tanto como la participación efectiva de la misma sociedad civil en el desarrollo de las actividades, procesos y procedimientos que busquen como objetivo primordial reducir la brecha de la desigualdad.

Y es que Colombia tiene un largo trabajo por hacer, no solo por el hecho de ser uno de los países más desiguales del mundo, sino además, al encontrarnos en un escenario de postconflicto en el que se hace vital mejorar las condiciones de todos los ciudadanos y generar polos productivos en diferentes regiones del país, que permitan a cada individuo tener las oportunidades y las habilidades para su provecho, pues, al salir de la guerra sabemos que los procesos de acumulación de tierras, riquezas y habilidades están concentradas en pocos.

Bertolt Brecht nos ha dejado inmortalizada esta frase “Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres”, que describe no solo el horror de la guerra, sino las desgracias en materia de desigualdad con las que tenemos que trabajar hombro a hombro para solucionarlas.

Ahora bien, para ser eficientes e influyentes debemos tener en cuenta primero que todo los procesos de construcción histórica de la desigualdad y los procesos económicos dentro del país, la CEPAL (2016) nos orienta hacia un diagnóstico y reconocimiento óptimo de las múltiples dimensiones sociales, económicas, culturales, ambientales, entre otras que puedan ayudar a comprender de la mejor manera la problemática que se va a trabajar a través de las políticas públicas.

Referencias

Cepal, (2016), La matriz de la desigualdad, Económica para américa latina y el caribe, Ed. Cepal Piketty, T., (2013), El capital en el siglo XXI, Ed. Noveau Monde, París, Francia

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